Por muy precavido que se quiera ser, enfrentarse a una emergencia dental, sea del tipo que sea, suele ser complicado. Aunque alguna de ellas se pueden solventar por uno mismo porque, a simple vista, parece que no revisten gravedad, hay ocasiones que pueden resultar algo más escandalosas —aquellas en las que hay sangre, por ejemplo— y paralizar o hacer perder los nervios.
En estos casos es cuando se hace más necesario saber cómo actuar adecuadamente. Esto implica reaccionar con tranquilidad y, a la vez, rapidez. Es importante conocer cuáles son las urgencias dentales más comunes y, sobre todo, cómo actuar correctamente cuando no es posible acudir de forma inmediata a la consulta de un dentista. Estas son sus recomendaciones:
Dolor de muelas
—Situación
Ésta es una de las urgencias dentales por excelencia. De manera repentina, empiezas a sentir un dolor de muelas especialmente intenso y constante que, además, se acompaña de episodios en los que la intensidad del dolor aumenta. Lo más común es que este dolor se deba a una caries.
—Solución
Pide cita con tu dentista cuanto antes. Éste debe examinar la pieza dental, determinar la causa del dolor y pautar un tratamiento.
—Mientras acudes al dentista
Consulta con tu médico la posibilidad de tomar analgésicos o antiinflamatorios. Eso sí, nunca tomes ninguna medicación sin la prescripción del médico o del odontólogo.
Además, evita los alimentos muy fríos, calientes, duros o dulces y aplica frío en la zona de la mejilla donde está la muela que te duele. Por último, no presiones la zona. Es decir, no te tumbes sobre ese lado de la cara, por ejemplo.
Pérdida de un diente tras un golpe
—Situación
La pérdida de un diente se puede producir haciendo deporte, en una caída accidental, una pelea, un accidente de coche o moto… Si la pérdida del diente ha sido total, es posible que sangres mucho, así que mantén la calma.
—Solución
Acude al dentista cuanto antes: este caso no puede esperar. Cuanto más rápido acudas, más posibilidades habrá de reimplantar el diente perdido.
—Mientras acudes al dentista
Para que el implantólogo pueda volver a colocar la pieza dental perdida es necesario que busques el diente. Cuando la hayas encontrado, llévala a la consulta, pero no la limpies ni manipules su raíz. Hay tres formas diferentes de actuar con la pieza dental antes de llegar a consulta:
1. Coloca el diente en el alveolo (orificio en el que estaba) y pon una gasa entre los dientes para que puedas morderla y que la pieza se mantenga en su sitio. Eso sí, ten cuidado de no tragártela
2. Introduce el diente dentro de la boca, es decir, debajo de la lengua o a un lado. En este caso, también tienes que tener cuidado de no tragártelo
3. Sumerge el diente en un vaso de leche fría (de la nevera).
Fractura parcial de un diente
—Situación
Al igual que en el caso anterior, la fractura se ha podido producir haciendo deporte, en una caída accidental, una pelea, un accidente de coche o moto o masticando un alimento muy duro.
—Solución
Acude al dentista lo antes posible, este caso tampoco puede esperar. Cuanto antes acudas, más preobabilidad habrá de reconstruir la pieza dental original.
—Mientras acudes al dentista
Para reconstruir la pieza dental, también hay que intentar localizar y recoger el trozo de diente que se haya desprendido. Una vez encontrado se debe introducir en un recipiente con leche fría de la nevera. Y, además, aplicar frío en la zona de la cara donde está el diente para contener la inflamación.
Aflojamiento de un diente después de un golpe
—Situación
Los motivos por los que se produce el aflojamiento son similares a los mencionados en la pérdida total y la fractura parcial del diente.
—Solución
Acude al dentista cuanto antes: este caso tampoco puede esperar. Si la movilidad de la pieza dental aumenta, ésta puede llegar a caerse.
—Mientras acudes al dentista
No toques el diente ni con los dedos ni con la lengua para evitar que se afloje aún más. Tampoco aprietes los dientes.
Fractura de mandíbula
—Situación
Esta emergencia siempre es consecuencia de un fuerte traumatismo, sea del tipo que sea.
—Solución
Este caso tampoco puede esperar. Acude de inmediato al hospital.
—Mientras acudes al hospital
Inmoviliza la mandíbula con un pañuelo o una toalla. Coloca, además, una compresa fría si tienes inflamación en la zona.
Absceso
—Situación
El absceso tiene un origen infeccioso, ya que se produce cuando las bacterias penetran en el diente debido a una abertura provocada por una caries o una pieza dental rota o astillada. Esto da lugar a una fístula en la encía, que es un bulto por el que supura el pus provocado por la infección.
—Solución
Acude a tu dentista para que te recete antibiótico. Además de curar la infección se debe solucionar la causa que la originó.
—Mientras acudes al dentista
Puedes visitar la consulta del médico para que te recete antibiótico.
Mordedura en la lengua o el labio
—Situación
Una mordedura accidental puede producirse de diferentes maneras, ya sea comiendo, haciendo deporte o en cualquier otra situación. Lo habitual es sangrar, en mayor o menor medida, dependiendo de cómo sea la herida.
—Solución
Primero, prueba a lavarte la lengua o el labio con agua y, después, presiona la herida con una gasa.
Lo normal es que el sangrado se detenga unos minutos después de haberte lavado y presionado la herida. Pero si la hemorragia no se detiene o la herida es muy grande, acude de inmediato al hospital. Puede que necesites puntos de sutura.
—Mientras acudes al hospital
Además de seguir presionando la herida con una gasa, coloca una compresa fría para controlar la inflamación.
Cuerpo extraño atrapado en un diente
—Situación
Esto puede haberte pasado comiendo o después de haber manipulado un objeto con los dientes —algo que nunca se debe hacer—. De repente, sientes que tienes un cuerpo extraño entre ellos.
—Solución
Este caso puede que no requiera la ayuda de un profesional. Pasa la seda dental cuidadosamente, para no causar daños en la encía, e intenta sacarlo. No utilices bajo ningún concepto un objeto punzante o cortante para intentar extraerlo. Si con esto no puedes, acude al dentista.
—Mientras acudes al dentista
No hace falta que sigas unas indicaciones específicas además de lo que te hemos contado. Este caso no reviste gravedad.
Heridas debidas a la ortodoncia
—Situación
Este tipo de urgencias son muy frecuentes cuando se llevan brackets y alambres. Lo más habitual es que parte del aparato se caiga o se rompa y haya un alambre desprendido que se clava en encía, lengua o mejilla.
—Solución
Tanto si el aparato te causa molestias como si no, llama a tu ortodoncista para concertar una cita. Aunque no te duela, debes tener en cuenta que con un bracket o alambre despegado la ortodoncia no ejerce la eficacia adecuada.
—Mientras acudes al dentista
Si tienes dolor o molestias, cubre la punta del alambre con un pequeño trozo de algodón o gasa.
Cualquiera que sea la situación, ésta va a requerir que seas tú siempre el primero en actuar. Puede que soluciones el problema por ti mismo o que, en caso contrario, necesites ayuda profesional. En cualquier caso, tu reacción durante los primeros minutos es, en muchos casos, determinante.
Por este motivo, es recomendable estar siempre preparado para afrontar este tipo de incidentes e intentar prevenirlos, en la medida de lo posible.
Para ello, lleva a cabo una buena higiene bucal, sigue una dieta sana y equilibrada, utiliza protectores bucales cuando hagas deporte e intenta ser precavido. Es decir, evita las riñas o peleas y utiliza el cinturón de seguridad en todos tus desplazamientos.
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La caries son una enfermedad de los dientes que en frecuencia está sólo por detrás del resfriado común. Se cree que es una enfermedad infectocontagiosa, aunque con matices, ya que se conoce que otros muchos factores intervienen en la producción de las mismas y en el comportamiento evolutivo de la enfermedad en sí.
Las caries son la enfermedad «más frecuente del mundo», una patología infecciosa que es provocada por la desmineralización de las piezas dentales, y en la que se produce una desestructuración de los dientes, la formación de un hueco que se conoce como ‘caries’.
Una mala higiene o condicionantes genéticos hacen que se tenga más o menos predisposición a ellas. Lo que hay que tener en cuenta es que se provocan por la acumulación de bacterias o de placa bacteriana, y las personas con higiene dental defectuosa siempre tendrán una tendencia a padecer caries.
La placa bacteriana provoca sustancias ácidas, «el mayor enemigo del esmalte de los dientes», y es donde aparecen las caries, que avanzan progresivamente, primero destruyen el esmalte, después la dentina, hasta que aparece un proceso doloroso o inflamatorio cuando hay afectación a la pulpa del diente. Entonces hay que llegar a tratamientos más radicales como la endodoncia o el tratamiento de matar el nervio, incluso la extracción o pérdida dental.
El principal microbio que causa la caries es el ‘streptococcus mutans’. Cada persona tiene su propia flora bacteriana tanto en boca como en otras partes del organismo, y al mismo tiempo cada persona tiene sus propios mecanismos de defensa e inmunidad, por lo que habrá personas más sensibles a esta bacteria. Por tanto, hay personas más susceptibles que otras, y las personas con la boca infectada, a través de los besos, de compartir el cepillo de dientes, se transmite flora bacteriana de la boca y puede hacer que aparezcan nuevas caries. También estarían el compartir servilletas, cepillos de dientes, todas estas acciones son contraproducentes al transmitir las caries.
El papel de los azúcares y almidones
Un niño con hábitos de higiene y dietéticos puede evitar la aparición y progresión de caries, a pesar de que su madre tenga muchas caries.
El azúcar y los almidones son muy importantes en la producción de caries. Y el único método o el más importante dentro de la prevención es la aplicación de flúor. En concreto, la cantidad de flúor que ingiera un menor de seis años siempre debe ser inferior a la de las personas mayores, que ya tienen formada su dentadura.
Pero, ¿cómo se forman las caries? Por la interacción entre los almidones y los azúcares presentes en la dieta y en la flora bacteriana de la boca del paciente. Junto con los restos de comida producen una especie de pasta o placa bacteriana y esa placa, si no se elimina después de cada comida, conlleva el inicio del proceso de destrucción del diente a través de un proceso cariogénico, que tiene una parte producida por ácido y otra por bacterias.
En este contexto, señala que hay personas que tienen mayor predisposición que otras a padecer caries por la herencia genética, aunque sobre todo pueden tener lugar en aquella población menos familiarizada con los hábitos de higiene. La formación de la placa dental empieza a los 20 minutos de haber comido e interacciona con el cambio del PH o con la acidez de la saliva de ese momento. Por eso dependiendo de flora de los pacientes podemos tener más o menos prevalencia de caries.
Para evitarlas, hay que seguir con una buena higiene dental, cepillándose los dientes al menos tres veces al día o después de cada comida, empleando, siempre que sea necesario un hilo dental o colutorios.
A su vez, hay que destacar que la pasta de dientes cuente con flúor, ya que ayuda a mineralizar el diente, frente a la desmineralización que sufre por las caries, y aconseja evitar los ácidos y los azúcares, las chuces, los postres, las bebidas carbonatadas, y asistir al dentista una vez al año.
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La agencia Associated Press (AP) examinó los estudios que encumbraban al hilo dental, entre ellos uno que The Cochrane Collaboration realizó en 2011. Las conclusiones determinaron que las pruebas eran débiles y poco fiables y que los estudios no se habían realizado durante el tiempo suficiente, por lo que hasta la fecha no podían demostrar que el uso del hilo dental fuera beneficioso.
Con el objetivo de demostrar su efectividad, tanto la Asociación Dental Estadounidense como la Academia Estadounidense de Periodontología, ambas entidades especialistas en encías e implantes dentales, citaron varios estudios como prueba de que el hilo dental evita la acumulación de sarro, la gingivitis o la inflamación de las encías, además de las caries. Sin embargo, la mayoría de esos estudios utilizaron métodos no continuos en el tiempo o realizaron pruebas a pocas personas.
Y así hasta la actualidad. Por eso, es normal preguntarse si realmente el hilo dental es bueno, malo o, directamente, inservible. Pues podemos concluir que es un paso clave en su rutina de salud oral. No solo mantiene tu sonrisa con el mejor aspecto, sino que es fundamental para mantener tu salud oral general y prevenir la caries. El uso del hilo dental a diario es muy eficaz para eliminar la acumulación de placa en áreas difíciles de alcanzar que pueden causar caries. También elimina el exceso de partículas de alimentos que pueden quedar atrapadas en tu cepillo de dientes.
Bueno para las encías
El hilo dental también es una buena manera de disminuir el riesgo de padecer gingivitis, una enfermedad de las encías que suele causar mal aliento. Es una de las enfermedades de encías más comunes (en España la sufren alrededor del 60% de los adultos, según la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración) que se traduce en irritación e hinchazón y posible sangrado de las zona afectada.
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Una de las cosas más importantes al sentarnos a la mesa, y, sobre todo, a la hora del postre, es pensar en nuestra dentadura. Si no mantenemos unos buenos hábitos de limpieza, los dientes sufren durante el periodo navideño.
Ser previsores
Los dentistas también se van de vacaciones en Navidad, así que una de las recomendaciones que nos dan los propios expertos es ser previsores y hacerles una visita antes de estas fechas. De hecho, cuando más urgencias aparecen es en Nochebuena y en el día de Reyes.
Liberar tensiones
Los pacientes que producen un mayor desgaste de sus dientes a consecuencia de la liberación de tensiones, deben recurrir al uso de las famosas férulas de descarga, especialmente durante estos días de mayor nivel de estrés para la mayoría de nosotros.
Tratamientos de ortodoncia
Asimismo, las personas con tratamientos de ortodoncia deben tener especial cuidado con aquellos alimentos más duros, con el fin de evitar posibles deterioros. Se recomienda utilizar adecuadamente la dentadura, evitando su uso inapropiado para fines que puedan deteriorarla
Más azúcar
El turrón y el marisco son dos de los productos que más se consumen en estas fechas y pueden resultar nocivos para nuestros dientes. La ingesta de alimentos azucarados obviamente crece en Navidad, así que, al ser estos los mayores responsables de la aparición de caries, debemos tener especial cuidado y cepillarnos los dientes con mayor frecuencia.
Nuestra higiene bucal también se puede adaptar a los horarios de estas fiestas y así evitar cualquier contratiempo. Llevar una manzana a mano puede ser una buena solución si nos hemos olvidado el cepillo en casa.
Revisiones frecuentes
No solo deberíamos acudir al dentista en enero, sino que resulta una buena idea plantearnos como propósito para el 2018 un plan de tratamiento anual. Tras las fechas navideñas, se registra un repunte en las visitas a los odontólogos. Las razones por las que las clínicas dentales se llenan cuando pasan las fiestas suelen ser la necesidad de reparar pequeños accidentes en prótesis, dientes o aparatos ortodóncicos, o por la necesidad de hacer una limpieza después de los excesos.
Es cierto que a muchos nos gusta dejarlo todo para el final, pero acudir al dentista una vez al mes nos resolverá problemas dentales que se podrían dar más adelante.
Consultar con un profesional
Muchos son los mitos o falsas leyendas, y entre ellos se encuentra el enjuague como sustituto del cepillado. Esa idea es proporcional a la de la automedicación con antiinflamatorios que todos conocemos o a la de tomar antibióticos sin la prescripción médica, y es que en estas fechas se produce con mucha mayor frecuencia. Intentemos no caer en esa tentación y busquemos la ayuda de un profesional antes de tomar cualquier decisión por nuestra cuenta.
Eso sí, por supuesto nos recomiendan que los hábitos de higiene bucodental como lavarse los dientes después de cada comida, hacerse limpiezas bucales de forma periódica o revisiones se realicen durante todo el año.
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Existe una conexión evidente entre la enfermedad periodontal y la diabetes. En primer lugar, algunos síntomas de la enfermedad suelen aparecer en la boca. “En muchas de las revisiones bucales que realizamos, detectamos señales que indican que el paciente padece diabetes.
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Muchos padres y madres se preocupan por el rechinar de los dientes de sus hijos durante el sueño. Se trata de bruxismo, conocido coloquialmente como “chirriar de dientes”, y se produce por la contracción excesiva de los maxilares que generan un ruido característico, que en raras ocasiones despierta al niño. A pesar de que es un trastorno que puede aparecer a cualquier edad, suele ser un fenómeno frecuente en la infancia, y que afecta a entre el 20% y el 30% de los niños españoles. Las causas asociadas al mismo apuntan a factores de carácter físico, psicológico o neurofisiológico. Actualmente, existen estudios que apuntan un incremento de este trastorno en edad infantil y adolescente, asociado a estados de ansiedad y estrés.
Durante la infancia se considera una forma natural de desarrollar la dentición y estimular la formación muscular y ósea de los huesos de la cara; un hábito de desarrollo que disminuye progresivamente al salir las muelas permanentes y dientes incisivos. Existe el bruxismo diurno que puede ser consciente o inconsciente; y el bruxismo nocturno, que es inconsciente y producido por la contracción rítmica, repetitiva y violenta de los maseteros. Normalmente, sucede en los primeros momentos del sueño y cesa cuando este es más profundo.
En adolescentes, puede venir acompañado de dolores musculares, de cabeza y alteraciones de la articulación mandibular. Con relación a la adolescencia, el bruxismo puede permanecer durante la vida adulta. En la mayoría de los casos porque permanecen las causas, sobre todo el estrés y el modo de afrontar el mismo. Aunque hay artículos que señalan la existencia de un componente genético, este no está muy claro. Además, hay que tener en cuenta que la expresión de enfermedades o síntomas en el entorno familiar puede estar influenciado más por cuestiones ambientales o de entorno, que genéticas”.
¿Cuáles son las causas que originan este trastorno?
En primer lugar hay que descartar una patología asociada, como enfermedades neurológicas o reumatológicas. Una vez descartadas estas causas, hay que identificar las que desencadenan los síntomas en el niño como factores estresantes o hábitos que aumentan los síntomas (ingesta de chicles, algunas chucherías o morderse la uñas). Una vez localizados estos elementos, es importante minimizarlos, evitarlos o disminuir el impacto (a veces es necesario recurrir a otros profesionales sanitarios como psiquiatras o psicólogos). Hay que tratar al paciente con analgésicos y relajantes musculares adecuados durante el tiempo que se considere oportuno (evitando las benzodiacepinas). Además, es conveniente aplicar calor para relajar la musculatura. Si hay alteraciones de la oclusión, la forma de morder, debe colocarse en la edad adecuada el tratamiento ortodóncico necesario. Hay que evitar la colocación precoz de férulas sobre todo cuando quedan aún dientes por salir. Especialmente, es contraindicado colocar una férula sin hacer todo lo que hemos dicho previamente de identificación de factores y tratamiento.
Cada vez es más frecuente ver en consulta a niños de corta edad con bruxismo, cuyos síntomas están asociados a la articulación temporomandibular, con dolores musculares o con cefaleas. Son niños que afrontan situaciones que ellos viven como estresantes, en el colegio o por situaciones familiares o personales. Esta sí es una patología de nuestro tiempo, una infancia que vive situaciones como los adultos y que se reflejan por la aparición de síntomas musculares, mandibulares o cefaleas.
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En otoño y no es casualidad que la mayoría de las frutas luzcan colores vivos. Además de proteger tu salud general, te contamos cómo afectan estos alimentos a tu salud dental.
¿Te has fijado el color de los mangos, las naranjas y mandarinas, preciosas calabazas en una variedad increíble de tamaños y formas, el amarillo de los membrillos, el intenso negro de las uvas, el rojo de las granadas, los deliciosos frutos rojos y la gran variedad de frutos secos? Para disfrutar de su exquisito sabor y al mismo tiempo cuidarnos.
Alimentos llenos de vitaminas, antioxidantes, minerales… Justo lo que necesitamos para prepararnos para la llegada del invierno. Es el momento de reforzar nuestro sistema inmunitario.
Estos son algunos de los alimentos, pero son muchos más los que nos regala la naturaleza en este tiempo.
Frutas para lucir la sonrisa perfecta
Membrillo. Es una fruta de otoño que nos aporta múltiples minerales como son el fósforo, magnesio, calcio, y potasio. Además también cuenta con vitaminas A, C y B9. Vitaminas necesarias para proteger las encías y otros tejidos de la boca contra infecciones y enfermedades de las encías (periodontales).
Naranjas y Mandarinas. Deliciosas y de lo más apetitosas en esta época del año. Las mandarinas, del mismo modo que las naranjas, aportan una gran cantidad de vitamina C y actúan como grandes antioxidantes en nuestro organismo.
Granada. Cuenta con un alto poder antioxidante que además de prevenir el envejecimiento también ayuda en la prevención de enfermedades cardíacas y neurológicas. Los antioxidantes también ayudan a mejorar tu salud dental, ya que ayudan a combatir la placa bacteriana.
Manzana. Muy popular es el dicho: «de una manzana al día, del médico te alejaría». Y es que además de sus muchas propiedades, le caracteriza que es buena para limpiar y pulir los dientes y las encías. Además, aumenta la producción de saliva, protector natural de los dientes.
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Aproximadamente el 75 por ciento del mal aliento o “halitosis” es causado por la boca misma. Otras causas incluyen problemas gástricos, infecciones de senos nasales o enfermedad severa de encías. Uno de los logros clave al tratar el mal aliento es determinar la causa. Una vez que su profesional de la salud dental determina cuál es la causa, él puede entonces empezar su tratamiento.
El mal aliento puede ser ocasionado por:
Factores Externos – alimentos tales como cebolla y ajo, bebidas como el café y alcohol y fumar
Mala higiene oral – donde la placa y los residuos de alimentos quedan en los dientes
Enfermedad oral – gingivitis y enfermedad periodontal
Dentaduras postizas – puede haber formación de placa y residuos de alimentos en las dentaduras, las cuales deben limpiarse a diario
Amígdalas – las áreas crípticas (surcos) en las amígdalas pueden permitir que los residuos de comida queden alojados en esta área
Infecciones del tracto respiratorio – infecciones de garganta, senos nasales y de pulmón
Boca seca (xerostomía) – puede ser ocasionada por problemas de glándulas salivales, medicamentos, respiración bucal, radioterapia y quimioterapia
Enfermedades sistémicas – la diabetes, enfermedades hepáticas, renales, pulmonares y de los senos nasales, así como desórdenes gastrointestinales
¿Cómo se relaciona la enfermedad oral con la enfermedad sistémica?
Una investigación reciente sugiere una relación entre la enfermedad oral y las enfermedades sistémicas (diabetes, enfermedad cardiovascular, infarto cerebral, infecciones respiratorias y la enfermedad de Alzheimer) y otras afecciones médicas. Cuando se inflama el tejido gingival causando la presencia de la gingivitis, los mediadores inflamatorios llamados citoquinas que se encuentran en el tejido gingival pueden entrar a su flujo de saliva y también pueden ser aspiradas hacia los pulmones. Las bacterias responsables de la enfermedad periodontal pueden también entrar en el sistema circulatorio alrededor de los dientes y viajar hacia otras partes del cuerpo. Las bacterias orales pueden causar infecciones secundarias o la inflamación de otros tejidos o sistemas de órganos en el cuerpo (2).
¿A quién debe visitar si tiene mal aliento?
Si cree que su dieta le está causando mal aliento, entonces consulte con un dietista o nutricionista con quienes pueden trabajar para modificar su dieta. Si tiene mala higiene oral y padece de gingivitis (inflamación del tejido gingival en su boca) o de enfermedad periodontal (pérdida ósea alrededor de los dientes, algunas veces se le refiere como “piorrea”), consulte a su dentista y periodontólogo y trabaje con su higienista dental para mejorar la gingivitis y obtener instrucciones detalladas para la higiene oral en casa.
Las infecciones de amígdalas y respiratorias necesitarán de seguimientos por parte de su médico o de un especialista, tal como un otorrinolaringólogo o neumólogo. Una gran mayoría de personas padecen de boca seca debido a los medicamentos que pueden estar tomando, a la disfunción de la glándula salival y tratamientos de radio- y quimioterapia para el cáncer. Por favor consulte a su cirujano maxilofacial, su médico u oncólogo para sus recomendaciones profesionales de recetas o productos sin receta médica que pueden aliviar los síntomas de boca seca.
Aquellos pacientes con diabetes, con afecciones hepáticas o renales, o desórdenes gastrointestinales deben visitar a sus médicos, urólogos o gastroenterólogos para obtener sus puntos de vista de cómo puede reducirse el mal aliento relacionado con estas enfermedades sistémicas.
Contacte con nuestra clínica para obtener una recomendación sobre su afección de mal aliento.
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La Sociedad Española de Odontología Conservadora no es sólo un punto de encuentro de prestigiosos doctores de todo nuestro país. Todos los profesionales tenemos una responsabilidad con nuestros pacientes y una forma de entender nuestro trabajo que trasciende las paredes de nuestras clínicas dentales y conlleva una manera de entender la salud bucodental.
Cuántas veces hemos oído la frase «yo no voy al dentista, que vas por una caries y te acaban quitando varios dientes«. Desgraciadamente esta afirmación, muy habitual, es la percepción que tienen muchos pacientes que han vivido una mala experiencia porque se han puesto en manos de dentistas que les han realizado tratamientos que probablemente no necesitaban.
La Odontología Conservadora desarrolla las técnicas necesarias para mantener en funcionamiento los dientes naturales durante la mayor parte de la vida del paciente. La experiencia y las investigaciones científicas nos dicen que ninguna prótesis funciona tan bien como lo hacen nuestros propios dientes, ni siquiera los implantes, por eso ante la lesión de un diente siempre valoramos en primer lugar un tratamiento que permita conservar ese diente del paciente. Igual que ante la lesión de un dedo, un brazo o una pierna, intentaremos siempre conservar ese miembro y no se nos ocurre proponer su amputación y reposición con una prótesis implantada.
El tratamiento adecuado nada tiene que ver, por tanto, con la rentabilidad, sino con la deontología y la ética profesional. Aunque sabemos que lamentablemente hay cada vez más casos de clínicas dentales que recomiendan tratamientos que el paciente no necesita, para nosotros la extracción de dientes es siempre la última opción.
Los miembros de la Sociedad Española de Odontología Conservadora consideramos que una clínica dental debe ser un sitio en el que el paciente se sienta seguro, atendido y escuchado. Un lugar al que uno NO va como última opción cuando el dolor es insoportable, sino un espacio donde se trabaja en la prevención y se recomienda a cada paciente lo que realmente necesita, pensando exclusivamente en su salud presente y futura.
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En las caries infantiles hay que diferenciar entre dentición primaria o permanente ya que, en función de la patología que presente el diente, el tratamiento podrá ser diferente dependiendo del tipo de dentición de que se trate.
Si la lesión llega al nervio y estamos ante dientes temporales se realiza una pulpotomía o tratamiento del nervio que nada tiene que ver con las endodoncias realizadas en dientes definitivos. Si la caries no afecta al tejido nervioso del diente, se realiza una obturación convencional (empaste).
Cuando la caries es muy profunda se aplican unas coronitas metálicas, poco estéticas pero muy útiles. Su objetivo es actuar como mantenedor de espacio a la espera de la erupción del diente permanente, a la vez que facilita que el niño pueda masticar bien. De hecho, la mayoría de los tratamientos de ortodoncia que se realizan en la actualidad son generados por pérdidas de espacio en dentición temporal.
Sólo se extrae el diente cuando no hay más remedio; es decir, cuando la infección obliga a su extracción porque se han destruido las raíces del diente y éste es inviable. En estos casos, siempre hay que instalar un mantenedor de espacio para evitar que se pierda el espacio necesario para la erupción del diente permanente.
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