¿Cómo se forman las caries?
La caries es una enfermedad de tipo infeccioso producida por multitud de factores, intrínsecos y extrínsecos, como son la segregación de la saliva y su flujo, la microbiota bucal, una dieta rica en azúcares, una predisposición genética y hábitos del propio individuo que afectan a la superficie del esmalte dental. Pero, ¿cómo se forma la caries?
A grandes rasgos, podemos señalar distintas etapas en el proceso de formación de la caries en las que participan diferentes factores biológicos:
1. Formación del biofilm dental
Como explicamos en la entrada sobre biofilm dental, al cabo de unas horas de haber realizado un cepillado de los dientes, las bacterias empiezan a colonizar de nuevo la superficie dental, incluso sin necesidad de haber ingerido comida. Estas bacterias se alimentan de los nutrientes que existen en la saliva, de células descamadas, de componentes de la sangre y de fluido gingival que provocan la formación del biofilm. Un aporte de alimentos ricos en carbohidratos fermentables cariogénicos (pasta, patatas, cereales, etc.) también ayuda a la formación del biofilm dental debido a su alto contenido en azúcar.
2. Metabolismo de los azúcares de la dieta
Las transformaciones bioquímicas hacen que la alta concentración de azúcares se metabolice por los microorganismos presentes en el interior de la boca. Este metabolismo tiene como resultado la producción de ácidos que harán descender el pH, que en la cavidad bucal se mantiene entre 6,5 y 7,5, hasta valores por debajo de 5,5, lo que convierte el medio bucal en un medio ácido.
3. Desmineralización
Una exposición prolongada de los dientes a los ácidos generados provocará la pérdida de minerales, la disolución del esmalte y, con el tiempo, la presencia de manchas blancas opacas por la descalcificación. En la superficie debilitada del esmalte se formarán grietas y surcos que facilitarán la entrada de bacterias y la proliferación de más placa. El proceso puede ser reversible en los primeros estadios, pero un ataque más severo de los ácidos llevará a una mayor destrucción del esmalte y a la formación de una cavidad en la superficie del diente que puede llegar incluso a la dentina y, finalmente, a la pulpa.
Fuentes: