El cuidado de los dientes en verano
Solemos relajarnos con la higiene bucal en esta época del año, cuando rompemos con la rutina diaria. Estos son los consejos para que no decaiga.
Los días largos y cálidos nos invitan a hacer la vida de puertas afuera, en los que comemos con mucha frecuencia en bares y restaurantes, sin contar las vacaciones, cuando nos relajamos especialmente en cuanto a rutinas y horarios. Es por ello que en verano solemos descuidar nuestra salud bucal, que no debería tomarse ni un solo día de descanso, pues los gérmenes y las bacterias siguen trabajando.
Uno de los principales riesgos de no lavarnos los dientes cuando estamos fuera de casa son las caries. Cada vez que comemos, las bacterias de la boca producen unos ácidos que atacan los dientes. Si no ayudamos a neutralizar esos ácidos, estos actúan sobre el diente, lo que con el tiempo acaba provocando caries.
Descuidar la higiene bucal también puede afectar a las encías, ya que la placa comienza a acumularse en la base de los dientes y, si no se retira con el cepillado o el uso de seda dental, termina formando sarro. Cuanta más placa acumulada, mayor probabilidad hay de que las bacterias bucodentales ataquen las encías, pudiendo causar enrojecimiento, sangrados o inflamación, los primeros signos de gingivitis.
¿Cómo cuidar nuestros dientes fuera de casa?
Igual que en verano protegemos nuestra piel de los rayos del sol, podemos mantener nuestra boca sana siguiendo unas sencillas pautas:
- El primer paso para que nuestros dientes y encías no den problemas durante un viaje o una escapada es revisarlos antes de partir. Muchas enfermedades bucodentales presentan síntomas poco visibles a simple vista, de modo que en una exploración rutinaria se pueden detectar patologías como las caries o la gingivitis.
- Llevar siempre en bolsos o mochilas un kit de limpieza dental que incluya un cepillo de dientes y una pasta dentífrica, y a poder ser también un colutorio e hilo dental.
- Si se ha olvidado el kit de limpieza y a la espera de comprar otro, beber mucha agua contribuye a equilibrar el pH de la boca y reducir los restos de comida, lo que ayuda a que las bacterias tengan menos combustible y produzcan menos ácido.
- Los chicles sin azúcar ayudan a segregar más saliva y a retirar restos de comida, por lo que también contribuyen a neutralizar el pH. Eso sí, no deben ser un sustituto del cepillado. Comer manzanas (a mordiscos) y uvas entre horas favorece también nuestra salud dental.
- Ingerir un yogur de postre es una buena opción, ya que permite neutralizar los ácidos de las bacterias orales.
- Cuidar la alimentación porque gran parte de la salud de nuestra boca depende de los alimentos que tomamos. A las bacterias que originan las caries les gustan los alimentos ricos en azúcares, por lo que habría que reducir su consumo y lavar los dientes después de ingerirlos. Las bebidas carbonatadas y los zumos cítricos pueden descalcificar el esmalte de los dientes y erosionarlo.
- Moderar el consumo de alcohol y tabaco, que manchan los dientes y favorecen la aparición de halitosis, sin olvidar que estos malos hábitos nos hacen mucho más vulnerables a las enfermedades bucodentales.
- Las bebidas y los alimentos fríos que tomamos para calmar el calor pueden provocar un aumento de la sensibilidad dental y producir inflamaciones de los vasos sanguíneos del interior de los dientes. Así, en estos casos, es aconsejable utilizar pasta de dientes y/o colutorios específicos para la sensibilidad dental.
- El contacto con el cloro de las piscinas favorece la acumulación de sarro, puede provocar la aparición de manchas en los dientes y daña nuestras encías, por lo que es conveniente lavar la boca minuciosamente después de un día de piscina.
Siguiendo estas recomendaciones podrás disfrutar del verano y de tus vacaciones fuera de casa sin comprometer la salud de tu sonrisa.
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