La agencia Associated Press (AP) examinó los estudios que encumbraban al hilo dental, entre ellos uno que The Cochrane Collaboration realizó en 2011. Las conclusiones determinaron que las pruebas eran débiles y poco fiables y que los estudios no se habían realizado durante el tiempo suficiente, por lo que hasta la fecha no podían demostrar que el uso del hilo dental fuera beneficioso.
Con el objetivo de demostrar su efectividad, tanto la Asociación Dental Estadounidense como la Academia Estadounidense de Periodontología, ambas entidades especialistas en encías e implantes dentales, citaron varios estudios como prueba de que el hilo dental evita la acumulación de sarro, la gingivitis o la inflamación de las encías, además de las caries. Sin embargo, la mayoría de esos estudios utilizaron métodos no continuos en el tiempo o realizaron pruebas a pocas personas.
Y así hasta la actualidad. Por eso, es normal preguntarse si realmente el hilo dental es bueno, malo o, directamente, inservible. Pues podemos concluir que es un paso clave en su rutina de salud oral. No solo mantiene tu sonrisa con el mejor aspecto, sino que es fundamental para mantener tu salud oral general y prevenir la caries. El uso del hilo dental a diario es muy eficaz para eliminar la acumulación de placa en áreas difíciles de alcanzar que pueden causar caries. También elimina el exceso de partículas de alimentos que pueden quedar atrapadas en tu cepillo de dientes.
Bueno para las encías
El hilo dental también es una buena manera de disminuir el riesgo de padecer gingivitis, una enfermedad de las encías que suele causar mal aliento. Es una de las enfermedades de encías más comunes (en España la sufren alrededor del 60% de los adultos, según la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración) que se traduce en irritación e hinchazón y posible sangrado de las zona afectada.
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Una de las cosas más importantes al sentarnos a la mesa, y, sobre todo, a la hora del postre, es pensar en nuestra dentadura. Si no mantenemos unos buenos hábitos de limpieza, los dientes sufren durante el periodo navideño.
Ser previsores
Los dentistas también se van de vacaciones en Navidad, así que una de las recomendaciones que nos dan los propios expertos es ser previsores y hacerles una visita antes de estas fechas. De hecho, cuando más urgencias aparecen es en Nochebuena y en el día de Reyes.
Liberar tensiones
Los pacientes que producen un mayor desgaste de sus dientes a consecuencia de la liberación de tensiones, deben recurrir al uso de las famosas férulas de descarga, especialmente durante estos días de mayor nivel de estrés para la mayoría de nosotros.
Tratamientos de ortodoncia
Asimismo, las personas con tratamientos de ortodoncia deben tener especial cuidado con aquellos alimentos más duros, con el fin de evitar posibles deterioros. Se recomienda utilizar adecuadamente la dentadura, evitando su uso inapropiado para fines que puedan deteriorarla
Más azúcar
El turrón y el marisco son dos de los productos que más se consumen en estas fechas y pueden resultar nocivos para nuestros dientes. La ingesta de alimentos azucarados obviamente crece en Navidad, así que, al ser estos los mayores responsables de la aparición de caries, debemos tener especial cuidado y cepillarnos los dientes con mayor frecuencia.
Nuestra higiene bucal también se puede adaptar a los horarios de estas fiestas y así evitar cualquier contratiempo. Llevar una manzana a mano puede ser una buena solución si nos hemos olvidado el cepillo en casa.
Revisiones frecuentes
No solo deberíamos acudir al dentista en enero, sino que resulta una buena idea plantearnos como propósito para el 2018 un plan de tratamiento anual. Tras las fechas navideñas, se registra un repunte en las visitas a los odontólogos. Las razones por las que las clínicas dentales se llenan cuando pasan las fiestas suelen ser la necesidad de reparar pequeños accidentes en prótesis, dientes o aparatos ortodóncicos, o por la necesidad de hacer una limpieza después de los excesos.
Es cierto que a muchos nos gusta dejarlo todo para el final, pero acudir al dentista una vez al mes nos resolverá problemas dentales que se podrían dar más adelante.
Consultar con un profesional
Muchos son los mitos o falsas leyendas, y entre ellos se encuentra el enjuague como sustituto del cepillado. Esa idea es proporcional a la de la automedicación con antiinflamatorios que todos conocemos o a la de tomar antibióticos sin la prescripción médica, y es que en estas fechas se produce con mucha mayor frecuencia. Intentemos no caer en esa tentación y busquemos la ayuda de un profesional antes de tomar cualquier decisión por nuestra cuenta.
Eso sí, por supuesto nos recomiendan que los hábitos de higiene bucodental como lavarse los dientes después de cada comida, hacerse limpiezas bucales de forma periódica o revisiones se realicen durante todo el año.
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Existe una conexión evidente entre la enfermedad periodontal y la diabetes. En primer lugar, algunos síntomas de la enfermedad suelen aparecer en la boca. “En muchas de las revisiones bucales que realizamos, detectamos señales que indican que el paciente padece diabetes.
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Muchos padres y madres se preocupan por el rechinar de los dientes de sus hijos durante el sueño. Se trata de bruxismo, conocido coloquialmente como “chirriar de dientes”, y se produce por la contracción excesiva de los maxilares que generan un ruido característico, que en raras ocasiones despierta al niño. A pesar de que es un trastorno que puede aparecer a cualquier edad, suele ser un fenómeno frecuente en la infancia, y que afecta a entre el 20% y el 30% de los niños españoles. Las causas asociadas al mismo apuntan a factores de carácter físico, psicológico o neurofisiológico. Actualmente, existen estudios que apuntan un incremento de este trastorno en edad infantil y adolescente, asociado a estados de ansiedad y estrés.
Durante la infancia se considera una forma natural de desarrollar la dentición y estimular la formación muscular y ósea de los huesos de la cara; un hábito de desarrollo que disminuye progresivamente al salir las muelas permanentes y dientes incisivos. Existe el bruxismo diurno que puede ser consciente o inconsciente; y el bruxismo nocturno, que es inconsciente y producido por la contracción rítmica, repetitiva y violenta de los maseteros. Normalmente, sucede en los primeros momentos del sueño y cesa cuando este es más profundo.
En adolescentes, puede venir acompañado de dolores musculares, de cabeza y alteraciones de la articulación mandibular. Con relación a la adolescencia, el bruxismo puede permanecer durante la vida adulta. En la mayoría de los casos porque permanecen las causas, sobre todo el estrés y el modo de afrontar el mismo. Aunque hay artículos que señalan la existencia de un componente genético, este no está muy claro. Además, hay que tener en cuenta que la expresión de enfermedades o síntomas en el entorno familiar puede estar influenciado más por cuestiones ambientales o de entorno, que genéticas”.
¿Cuáles son las causas que originan este trastorno?
En primer lugar hay que descartar una patología asociada, como enfermedades neurológicas o reumatológicas. Una vez descartadas estas causas, hay que identificar las que desencadenan los síntomas en el niño como factores estresantes o hábitos que aumentan los síntomas (ingesta de chicles, algunas chucherías o morderse la uñas). Una vez localizados estos elementos, es importante minimizarlos, evitarlos o disminuir el impacto (a veces es necesario recurrir a otros profesionales sanitarios como psiquiatras o psicólogos). Hay que tratar al paciente con analgésicos y relajantes musculares adecuados durante el tiempo que se considere oportuno (evitando las benzodiacepinas). Además, es conveniente aplicar calor para relajar la musculatura. Si hay alteraciones de la oclusión, la forma de morder, debe colocarse en la edad adecuada el tratamiento ortodóncico necesario. Hay que evitar la colocación precoz de férulas sobre todo cuando quedan aún dientes por salir. Especialmente, es contraindicado colocar una férula sin hacer todo lo que hemos dicho previamente de identificación de factores y tratamiento.
Cada vez es más frecuente ver en consulta a niños de corta edad con bruxismo, cuyos síntomas están asociados a la articulación temporomandibular, con dolores musculares o con cefaleas. Son niños que afrontan situaciones que ellos viven como estresantes, en el colegio o por situaciones familiares o personales. Esta sí es una patología de nuestro tiempo, una infancia que vive situaciones como los adultos y que se reflejan por la aparición de síntomas musculares, mandibulares o cefaleas.
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Aproximadamente el 75 por ciento del mal aliento o “halitosis” es causado por la boca misma. Otras causas incluyen problemas gástricos, infecciones de senos nasales o enfermedad severa de encías. Uno de los logros clave al tratar el mal aliento es determinar la causa. Una vez que su profesional de la salud dental determina cuál es la causa, él puede entonces empezar su tratamiento.
El mal aliento puede ser ocasionado por:
Factores Externos – alimentos tales como cebolla y ajo, bebidas como el café y alcohol y fumar
Mala higiene oral – donde la placa y los residuos de alimentos quedan en los dientes
Enfermedad oral – gingivitis y enfermedad periodontal
Dentaduras postizas – puede haber formación de placa y residuos de alimentos en las dentaduras, las cuales deben limpiarse a diario
Amígdalas – las áreas crípticas (surcos) en las amígdalas pueden permitir que los residuos de comida queden alojados en esta área
Infecciones del tracto respiratorio – infecciones de garganta, senos nasales y de pulmón
Boca seca (xerostomía) – puede ser ocasionada por problemas de glándulas salivales, medicamentos, respiración bucal, radioterapia y quimioterapia
Enfermedades sistémicas – la diabetes, enfermedades hepáticas, renales, pulmonares y de los senos nasales, así como desórdenes gastrointestinales
¿Cómo se relaciona la enfermedad oral con la enfermedad sistémica?
Una investigación reciente sugiere una relación entre la enfermedad oral y las enfermedades sistémicas (diabetes, enfermedad cardiovascular, infarto cerebral, infecciones respiratorias y la enfermedad de Alzheimer) y otras afecciones médicas. Cuando se inflama el tejido gingival causando la presencia de la gingivitis, los mediadores inflamatorios llamados citoquinas que se encuentran en el tejido gingival pueden entrar a su flujo de saliva y también pueden ser aspiradas hacia los pulmones. Las bacterias responsables de la enfermedad periodontal pueden también entrar en el sistema circulatorio alrededor de los dientes y viajar hacia otras partes del cuerpo. Las bacterias orales pueden causar infecciones secundarias o la inflamación de otros tejidos o sistemas de órganos en el cuerpo (2).
¿A quién debe visitar si tiene mal aliento?
Si cree que su dieta le está causando mal aliento, entonces consulte con un dietista o nutricionista con quienes pueden trabajar para modificar su dieta. Si tiene mala higiene oral y padece de gingivitis (inflamación del tejido gingival en su boca) o de enfermedad periodontal (pérdida ósea alrededor de los dientes, algunas veces se le refiere como “piorrea”), consulte a su dentista y periodontólogo y trabaje con su higienista dental para mejorar la gingivitis y obtener instrucciones detalladas para la higiene oral en casa.
Las infecciones de amígdalas y respiratorias necesitarán de seguimientos por parte de su médico o de un especialista, tal como un otorrinolaringólogo o neumólogo. Una gran mayoría de personas padecen de boca seca debido a los medicamentos que pueden estar tomando, a la disfunción de la glándula salival y tratamientos de radio- y quimioterapia para el cáncer. Por favor consulte a su cirujano maxilofacial, su médico u oncólogo para sus recomendaciones profesionales de recetas o productos sin receta médica que pueden aliviar los síntomas de boca seca.
Aquellos pacientes con diabetes, con afecciones hepáticas o renales, o desórdenes gastrointestinales deben visitar a sus médicos, urólogos o gastroenterólogos para obtener sus puntos de vista de cómo puede reducirse el mal aliento relacionado con estas enfermedades sistémicas.
Contacte con nuestra clínica para obtener una recomendación sobre su afección de mal aliento.
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La Sociedad Española de Odontología Conservadora no es sólo un punto de encuentro de prestigiosos doctores de todo nuestro país. Todos los profesionales tenemos una responsabilidad con nuestros pacientes y una forma de entender nuestro trabajo que trasciende las paredes de nuestras clínicas dentales y conlleva una manera de entender la salud bucodental.
Cuántas veces hemos oído la frase «yo no voy al dentista, que vas por una caries y te acaban quitando varios dientes«. Desgraciadamente esta afirmación, muy habitual, es la percepción que tienen muchos pacientes que han vivido una mala experiencia porque se han puesto en manos de dentistas que les han realizado tratamientos que probablemente no necesitaban.
La Odontología Conservadora desarrolla las técnicas necesarias para mantener en funcionamiento los dientes naturales durante la mayor parte de la vida del paciente. La experiencia y las investigaciones científicas nos dicen que ninguna prótesis funciona tan bien como lo hacen nuestros propios dientes, ni siquiera los implantes, por eso ante la lesión de un diente siempre valoramos en primer lugar un tratamiento que permita conservar ese diente del paciente. Igual que ante la lesión de un dedo, un brazo o una pierna, intentaremos siempre conservar ese miembro y no se nos ocurre proponer su amputación y reposición con una prótesis implantada.
El tratamiento adecuado nada tiene que ver, por tanto, con la rentabilidad, sino con la deontología y la ética profesional. Aunque sabemos que lamentablemente hay cada vez más casos de clínicas dentales que recomiendan tratamientos que el paciente no necesita, para nosotros la extracción de dientes es siempre la última opción.
Los miembros de la Sociedad Española de Odontología Conservadora consideramos que una clínica dental debe ser un sitio en el que el paciente se sienta seguro, atendido y escuchado. Un lugar al que uno NO va como última opción cuando el dolor es insoportable, sino un espacio donde se trabaja en la prevención y se recomienda a cada paciente lo que realmente necesita, pensando exclusivamente en su salud presente y futura.
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Hoy os dejamos con algunas curiosidades que seguro que desconocías sobre el cepillo de dientes.
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La alveolitis dental es una complicación, que aunque muy poco frecuente, puede aparecer tras una intervención de extracción dental., especialmente tras la extracción de las muelas del juicio.
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Cuando llegamos a la consulta a realizarnos nuestra revisión dental anual, es muy frecuente que el doctor nos aconseje hacernos un par de “radiografías de control”.
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Hemos leído un artículo muy interesante sobre aplicaciones para ayudar el paciente de la clínica dental, que publica la revista Oris del colegio de odontólogos y estomatólogos de Valencia y del Centro de estudios estomatológicos.
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