La pauta de tratamiento la aplican diferentes especialistas, atendiendo a la globalidad del paciente. De forma inicial es indispensable una rigurosa exploración física que permite valorar los rangos de movimiento, asimetrías, deformidades, compensaciones u otras alteraciones del organismo.
Al evaluar al paciente y observar, por ejemplo, cómo se mantiene de pie, cómo camina, la posición que mantiene en su trabajo, desde su apoyo plantar en estática y dinámica o cómo se comporta su columna, se obtienen datos que condicionan y revelan información sobre lo que sucede en su mandíbula y su oclusión dental.
Posteriormente, después de estudiar a cada paciente y evaluarlo individualmente se propone un tratamiento odontológico:
- El tratamiento puede requerir desde la colocación de una férula rígida para mejorar los síntomas, o bien auto medidas más sencillas como la aplicación de calor o el seguimiento de una dieta blanda, así como la prescripción de determinados fármacos.
- También se puede realizar un trabajo de fisioterapia, osteopatía, podología y de (odonto) posturología con un amplio abanico de posibilidades terapéuticas para el tratamiento de la patología. Entre otras, las técnicas manuales y de reeducación posicional pueden ser de gran ayuda para la recuperación del paciente.